UNA SONRISA

  



 ¡Al fin! Hoy he terminado en el Instituto por este curso y no quiero decir adiós hasta el próximo curso sin una despedida especial para un grupo que siempre, siempre es especial: mi grupo de LITERATURA UNIVERSAL.

  Es una despedida para todo el grupo, sí también para ti, Carla Arcis y para ti, Víctor. No era el momento para vosotros de conectaros con esto, pero, aun así, compartí con vosotros lecturas y experiencias y os deseo lo mejor para el próximo año. Que encontréis un camino a medida.  

  Ha sido un curso complicado, pero me lo habéis puesto muy fácil. Recordaré sobre todo los momentos más divertidos, como cuando descubrí las cualidades como actor de Saúl, y los momentos más emotivos para mí, como cuando os vi exponer a Ángela y a Centeno por primera vez y pensé: ¡puff! ¡lo han superado, sí, van a poder!  

   Algo importante: os felicito.  Habéis escrito cosas muy interesantes, que quedan ahí, en vuestros blogs. Habéis conseguido transmitir la importante idea de que ante todo los autores y autoras son personas, para lo bueno y para lo malo… y sobre todo, habéis reaccionado ante la literatura, la habéis sentido. Recuerdo las caritas que poníais los primeros días, cuando leíamos poesía antigua con música. Recuerdo esas expresiones de paz, de interés o de sorpresa cuando leíamos algún texto que os gustaba, o que os chocaba muchísimo, como el poema surrealista o Lolita. 

  Leer en casa vuestros blogs puede ser algo más que una simple experiencia de corregir, sobre todo cuando sois creativos, como con El Despertar, o críticos, como cuando tenéis que opinar sobre una lectura, algunas tan duras y tan hermosas, como El diario de Ana Frank. Entre los exámenes hubo algunos realmente brillantes y con visiones de la obra en cuestión que yo misma no había pensado y que me han enriquecido mucho. 

  Curso a curso voy creciendo como profesora gracias a lo que me enseñáis.

  Me siento muy afortunada por haber compartido este momento con vosotros y vosotras, y quiero trasmitiros mi agradecimiento por las palabras que me habéis dedicado, y mi deseo sincero de que en vuestra vida siempre haya magia y para eso… basta con sentir que uno vive, que no es un personaje en un libro sino un ser real, de carne y hueso, pero eso sí, a través del cual los personajes cobran vida y los muertos la recuperan. Eso es la literatura, esa es su magia.

   Que allá donde estéis os acompañe ELLA siempre, y que alguna día, ya en la vejez, con el cansancio de la vida a cuestas, al leer un párrafo de un libro, no se sepa cómo pero... os acordéis de esto, de lo que hemos vivido, y entre los pliegues de ese rostro que ha visto y que ha leído ya tanto, pueda brotaros una sonrisa.