Escultura de la protagonista de La Regenta, la obra cumbre de Clarín.
Mientras escribía esta entrada sobre una famosa novela decimonónica,
esto quiere decir del siglo XIX, me daba cuenta de que el tema del suicidio
está empezando a resultar un poco recurrente. Y es que en la novela de la que
iba a hablaros, cuyo nombre no diré, hay otro suicidio, esta vez de una mujer.
La novela es un clásico absoluto de la literatura. Su autor un escritor genial
y una persona increíble. Hemos hablado de él en clase, pero no diré más. No se
trata de que lo busquéis, simplemente es que me he dado cuenta que si os cuento
como terminan todas las novelas…
Supongo que ahora, a lo mejor, no
querréis quedaros con la intriga, pero eso ya lo dejo de vuestra cuenta. Lo que
me interesa hacer aquí es hablaros de varias novelas importantes y relacionarlas
con otro tema de gran importancia: el nuevo protagonismo de las mujeres en la
literatura. En la novela del siglo XIX
los personajes femeninos aparecen retratados de un modo distinto. Podrían
decirse que ya no se ciñen a la visión estereotipada que se solía ofrecer, una
visión en la que su papel como madres o esposas y su capacidad para despertar
el deseo sexual del hombre lo era todo. Como si su persona se redujera a su
condición sexual y reproductiva. El modelo femenino ya sea de santa silenciosa
o de prostituta manipuladora parece que empieza a romperse, todavía perduran
mucho estos estereotipos puesto que, de hecho, todavía las funciones que la
sociedad permite a las mujeres son muy limitadas.
Durante el siglo XIX y después de los avances en el pensamiento que se
habían producido con la Ilustración, los personajes femeninos van adquiriendo
protagonismo y se empieza a plantear la cuestión de la insatisfacción en las
mujeres, el deseo de libertad, el deseo de saber, el deseo de independencia. El
choque entre el ideal de mujer y la mujer real. La responsabilización del hombre respecto de
la prostitución y la toma de conciencia de las capacidades intelectuales de las
mujeres.
Novelas como Ana Karenina, Madame Bovarí o La Regenta se adelantaron a
su tiempo y provocaron gran controversia y debate al considerar, la parte más
conservadora de la sociedad, que incitaban a la mujer a la infidelidad. Sus
escritores vieron peligrar su reputación y en algún caso, como el de Flaubert,
tuvieron incluso que vérselas con la justicia. No parecía muy conveniente
alentar al género femenino a reflexionar sobre las limitaciones que se estaban
imponiendo y sobre la forma de luchar contra esta situación.
Ya en el siglo anterior se habían escrito obras como El sí de las niñas,
del ilustrado español Leandro Fernández
de Moratín que trataban sobre lo injusto que era para las jóvenes la frecuente
situación de casarse con hombre mayores para que su familia mejorase su situación
económica. Estas novelas van más allá puesto que se sitúan totalmente desde la
perspectiva de las mujeres de clase media o alta con una vida y una sexualidad insatisfecha.
Os dejo unos videos de adaptaciones cinematográficas de películas
basadas en novelas cuya protagonista es una mujer que intenta encontrar su
identidad y su lugar en el mundo, sólo en uno de los cuatro casos el objetivo
se ve coronado por el éxito, aquel en el que ella consigue al hombre de sus
sueños. En los demás la amargura, o
incluso la muerte serán su destino final. ¿Da que pensar, no?
ANA KARENINA, VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA.
MADAME BOVARY, SERIE BRITÁNICA.
JANE EYRE, TRAILER DE LA PELÍCULA.
También os recomiendo La obras del mismo tema La Regenta y Fortunata y Jacinta. Por cierto, ambas tienen excelentes series de TV inspiradas en ellas, aunque como leer la novela, nunca hay nada.